Lograr la armonía vibracional que representa la fuerza del ágata supone: promover el pensamiento lógico-racional, empujando el sujeto a llegar al grano de los problemas con que se enfrenta; elaborar soluciones pragmáticas que con calma, pero con decisión, tendrán que ser aplicadas a la realidad. Favorecer la concentración sobre lo esencial, evitando el dispersarse. Promover el sentido de protección y seguridad, permitiendo soportar mejor las influencias externas.